CRISTO Y LA OPCIÓN POR EL POBRE



Cristo, con su acción y su doctrina, unió indisolublemente la relación del hombre con Dios y con los demás hombres. Cristo vivió su existencia en el mundo como una donación radical de sí mismo a Dios para la salvación y la liberación de los hombres. Con su predicación proclamó la paternidad de Dios para todos los hombres y la intervención de la justicia en favor de los pobres y oprimidos. De esta manera Cristo se hizo solidario de estos sus «pequeños hermanos» hasta llegar a afirmar: «Cuanto hicisteis con estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (documento La justicia en el mundo, elaborado por los obispos en el Sínodo de 1971). Una década más tarde,. Ellacuría hacía este excelente comentario del texto sinodal: “Pertenece esencialmente a la vida y misión de Jesús su referencia y pertenencia al mundo de los pobres. Y cuando decimos esencialmente queremos signifi car que, si no se da esta referencia, queda desvirtuado el mismo Jesús como salvador de los hombres”. Este trabajo quiere centrarse precisamente en la consideración de esa relación de Jesús con el mundo de los pobres y su justa causa, con el fi n de verificar cómo configuró su mensaje y su vida, y cómo ha de ser una dimensión ineludible de quien lo quiera seguir.


THE PSIQUE

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