Autocuidado de la salud para el adulto mayor

AUTOCUIDADO DE LA SALUD PARA EL ADULTO MAYOR




El derecho a la protección y cuidado a la salud es condición primordial de toda
persona adulta mayor, es por tanto, una obligación moral del Estado como de toda la
sociedad mejorar y promover mejores condiciones y calidad de vida para las personas
adultas mayores. Una estrategia es la promoción de la salud a través de la información,
sensibilización, la comunicación y la educación.
Sin embargo, en este campo existe un gran vacío en la producción de materiales
orientados a la gerontología y a la promoción de la salud de las personas adultas
mayores. La presente publicación, Autocuidado de la salud para las personas adultas
mayores, pretende ser un aporte para mejorar la calidad de vida de las personas adultas
mayores. Se fundamenta en las necesidades de ser, tener, hacer y estar; condiciones
inherentes a la existencia humana, concordando con el postulado básico del enfoque
del Desarrollo a Escala Humana de que “las necesidades no sólo son carencias sino
también potencialidades en la medida en que comprometen, motivan y movilizan a las
personas”.
Lo anterior se basa en el elemento educativo, dado que todas las personas aprenden
desde que nacen y a lo largo del transcurso de su vida. Aprender es intrínseco al género
humano. No sólo la inteligencia y la memoria intervienen en el proceso de aprendizaje,
también hay otros factores. Las personas cuando envejecen no pierden su capacidad
de aprender (como protagonista de su propia historia y de su propio crecimiento,
estimulando una actitud creativa, constructiva y de cambio), en realidad cada persona
construye la vejez que desea.
En este contexto el Autocuidado tiene como propósito contribuir a la promoción de
la salud y prevención de las enfermedades de las personas adultas mayores, además
del mantenimiento de su autovalencia, fomento del ejercicio y la promoción de
comportamientos y estilos de vida saludables. Esto requiere que los servicios de salud
incorporen la perspectiva de desarrollo humano y que las personas adultas mayores
asimilen una nueva filosofía de vida, en la que el envejecer no sea sinónimo de
declinación, sino que se convierta en una fuente de sabiduría y experiencia, a la vez
que se cimente en un compromiso personal de vivir una vida activa y productiva.




MEDIDAS DE AUTOCUIDADO DEL GUSTO, OLFATO Y TACTO


Las medidas que a continuación se detallan están propuestas en términos adecuados
para que sean asumidas por las personas adultas mayores:
a. Prepare alimentos apetitosos y atractivos para compensar la falta de
sensibilidad del olfato y del gusto. Se recomienda acudir a una nutricionista
para orientación en la preparación de los alimentos.
b. Permanezca en la cocina o cerca de ella cuando se cocinen los alimentos,
para que perciba y evoque olores y sabores; así se puede compensar la
disminución del gusto, olfato y estimular el apetito.
c. Prepare de preferencia alimentos de textura o consistencia normal, porque
los alimentos blandos carecen de textura y son poco apetecibles.
d. Controle su estado nutricional y pésese por lo menos una vez al mes.
e. Coma en grupo, porque aumenta el interés por las comidas  y aumenta  el
apetito.
f. Mantenga limpia la cavidad bucal y/o dentadura postiza, esto porque aumenta
la percepción gustativa y el apetito.
g. Sirva la comida caliente para que se mantenga la sensación del gusto.
h. Consuma limón y hierbas aromáticas en lugar del exceso de sal y azúcar.
i. Levántese a comer a la mesa siempre que sea posible. El ejercicio y la
actividad  favorecen  la digestión y  estimulan el apetito.
j. Retire estímulos negativos durante las comidas, como la radio, la televisión,
los olores molestos (como productos químicos o sábanas sucias) porque
disminuyen el apetito.
k. Beba entre 1 y 2,5 litros de líquidos al día, si no está contraindicado. La
hidratación adecuada mantiene la boca húmeda y aumenta el gusto.
l. Coma por sí mismo y que la familia comprenda que esto permite que el adulto
mayor controle la situación y aumente su autoestima.
m. Incluya en las comidas vegetales verdes. Estos intensifican el gusto. Así mismo,
consuma dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento, el cual reduce el
apetito.
n. Coloque tapones de seguridad a los balones de gas y evite corrientes de aire
que pudieran apagar la llama de la cocina, esto lo expone  a asfixiarse por
fuga de gas.
o. Establezca un horario de rutina diaria de higiene personal, puede usar
desodorante para evitar olores desagradables.
p. Debe moverse con cuidado, por la disminución táctil en la planta de los pies.
q. Deje de fumar. Esto aumenta las deficiencias sensoriales ya presentes.
r. Tenga cuidado al manipular comida o agua caliente. La disminución de la
sensibilidad al calor puede provocar quemaduras. corte los alimentos con
cuidado.
s. Valore bien el dolor, sobre todo el dolor cardiaco o el consecuente a  una
caída. Es posible que no pueda sentir el dolor intenso.
t. Debe recibir ánimo, apoyo y confianza psicosocial. Las deficiencias en el
gusto, olfato y tacto no lo convierte en persona  inactiva  e incapaz.
u. Visite al médico para identificar algún problema en los sentidos del olfato,
gusto y tacto.

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